Las bacterias, halladas en California, están vivas, pero se limitan a mantenerse, sin usar su energía para nadar ni reproducirse
Un complejo ecosistema de bacterias devoradoras de sal sobrevive 34 mil años después de ser enterrado, en los fluidos que encierran minerales de Death Valley y Saline Valley, en California, Estados Unidos, según revela un estudio publicado hoy.
La halita, como se denomina el mineral formado por cristales de cloruro de sodio, ha sido el hogar de estas bacterias, procariotas y eucariotas, durante decenas de miles de años, según el estudio, publicado en el número de enero de la revista de la Sociedad Geológica Estadounidense, GSA Today.
Según su principal autor, el científico del Departamento de Estudios Geológicos de la Universidad del Estado de Nueva York Brian A. Schubert, las bacterias están vivas, pero se limitan a mantenerse, sin usar su energía para nadar ni reproducirse.
La clave de su supervivencia es un organismo unicelular, llamado alga Dunaliella y presente en muchos sistemas salinos, que produce carbón y otros metabolitos que sirven de sustento a las bacterias.
Así, los organismos pueden sobrevivir, durante periodos imprevisibles, flotando en fluidos en el interior de los minerales.
"La parte más emocionante (del estudio) fue cuando pudimos identificar las células de Dunaliella en los cristales, porque eran indicios de que podría haber una fuente de alimento", explicó Schubert a la página web Our Amazing World.
El rápido crecimiento de los cristales de sal, que encierran todos los fluidos que encuentran a su paso dentro de pequeñas burbujas protegidas en su interior, es otra de las razones de la sorprendente longevidad de las bacterias, según el estudio.
(www.eluniversal.com.mx)
Un complejo ecosistema de bacterias devoradoras de sal sobrevive 34 mil años después de ser enterrado, en los fluidos que encierran minerales de Death Valley y Saline Valley, en California, Estados Unidos, según revela un estudio publicado hoy.
La halita, como se denomina el mineral formado por cristales de cloruro de sodio, ha sido el hogar de estas bacterias, procariotas y eucariotas, durante decenas de miles de años, según el estudio, publicado en el número de enero de la revista de la Sociedad Geológica Estadounidense, GSA Today.
Según su principal autor, el científico del Departamento de Estudios Geológicos de la Universidad del Estado de Nueva York Brian A. Schubert, las bacterias están vivas, pero se limitan a mantenerse, sin usar su energía para nadar ni reproducirse.
La clave de su supervivencia es un organismo unicelular, llamado alga Dunaliella y presente en muchos sistemas salinos, que produce carbón y otros metabolitos que sirven de sustento a las bacterias.
Así, los organismos pueden sobrevivir, durante periodos imprevisibles, flotando en fluidos en el interior de los minerales.
"La parte más emocionante (del estudio) fue cuando pudimos identificar las células de Dunaliella en los cristales, porque eran indicios de que podría haber una fuente de alimento", explicó Schubert a la página web Our Amazing World.
El rápido crecimiento de los cristales de sal, que encierran todos los fluidos que encuentran a su paso dentro de pequeñas burbujas protegidas en su interior, es otra de las razones de la sorprendente longevidad de las bacterias, según el estudio.
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