La Tierra Respira...
Bonn, Alemania / Julio 2010.- Que la vegetación cumple un rol fundamental en la absorción de dióxido de carbono de la atmósfera es algo que los científicos saben de sobra.
Sin embargo, hasta el momento, no se había podido definir con precisión cuánto CO2 capturaba al año la cubierta vegetal. Ahora, dos estudios internacionales lograron obtener una cifra concreta, identificar las zonas que absorben más y analizar la sensibilidad en los procesos de respiración de la Tierra.
Según el estudio llevado a cabo por Christian Beer y sus colegas del Instituto Max Planck de Alemania, la vegetación del planeta retira de la atmósfera cerca de 123.000 millones de toneladas métricas de CO2 al año (lo cual equivale, aproximadamente, a 450.000 millones de toneladas de CO2).
Tras recoger datos recabados durante más de 10 años en 250 estaciones científicas distribuidas en todo el planeta, los investigadores concluyeron que las selvas tropicales son los ecosistemas que más CO2 absorben (34%), seguidos por las sabanas (26%), que ocupan el doble del territorio.
En todas partes, lo mismo El segundo estudio, elaborado por investigadores de la misma institución, se concentra en la respiración de la Tierra. Es decir, en la suma de todos los procesos que liberan CO2 en la atmósfera, como la fotosíntesis o la quema natural de materia orgánica que ocurre en las plantas.
El proyecto se propuso en primera instancia cuantificar la sensibilidad de este proceso de respiración para determinar la influencia del aumento de la temperatura. "Lo que observamos, y nos resultó muy interesante, es que todos los sistemas del mundo reaccionan de la misma forma", le dijo a BBC Mundo Miguel Mahecha, autor principal de este estudio.
"Pensábamos que, por ejemplo, los ecosistemas del norte, como Siberia, iban a reaccionar de forma mucho más sensible a los cambios de temperatura que los sistemas tropicales, que están adaptados a temperaturas muy altas. Pero no es así", explicó Mahecha. La conclusión fue que cuanto más se calienta el planeta, los ecosistemas emiten más CO2, lo cual a su vez, hace que aumente aún más la temperatura de la Tierra.
"Lo que sucede es que se acelera el proceso de calentamiento global, aunque un poco menos de lo que la literatura científica estimaba", señaló el investigador. Observación empírica Otra de las conclusiones del estudio es que uno de los factores cruciales que afecta la respiración de los ecosistemas es la disponibilidad de agua, sobre todo, "la distribución espacial de las lluvias influye mucho en la capacidad de absorción".
Mahecha resalta que lo más importante de ambos estudios es que ésta es la primera vez que se ha logrado obtener resultados en cuanto a la respiración de la Tierra y a la cantidad de CO2 que absorbe la vegetación mediante observaciones empíricas.
"Estas cifras están basadas en datos reales y, por lo tanto, servirán para mejorar los modelos (que permiten hacer estimaciones sobre el cambio climático", señala Mahecha.
Esto fue posible gracias a una iniciativa internacional lanzada diez años atrás y conocida como FLUXNET, en la que diversos investigadores de todo el mundo recopilan y comparten información sobre el intercambio de CO2 entre los ecosistemas y la atmósfera.
Sin embargo, hasta el momento, no se había podido definir con precisión cuánto CO2 capturaba al año la cubierta vegetal. Ahora, dos estudios internacionales lograron obtener una cifra concreta, identificar las zonas que absorben más y analizar la sensibilidad en los procesos de respiración de la Tierra.
Según el estudio llevado a cabo por Christian Beer y sus colegas del Instituto Max Planck de Alemania, la vegetación del planeta retira de la atmósfera cerca de 123.000 millones de toneladas métricas de CO2 al año (lo cual equivale, aproximadamente, a 450.000 millones de toneladas de CO2).
Tras recoger datos recabados durante más de 10 años en 250 estaciones científicas distribuidas en todo el planeta, los investigadores concluyeron que las selvas tropicales son los ecosistemas que más CO2 absorben (34%), seguidos por las sabanas (26%), que ocupan el doble del territorio.
En todas partes, lo mismo El segundo estudio, elaborado por investigadores de la misma institución, se concentra en la respiración de la Tierra. Es decir, en la suma de todos los procesos que liberan CO2 en la atmósfera, como la fotosíntesis o la quema natural de materia orgánica que ocurre en las plantas.
El proyecto se propuso en primera instancia cuantificar la sensibilidad de este proceso de respiración para determinar la influencia del aumento de la temperatura. "Lo que observamos, y nos resultó muy interesante, es que todos los sistemas del mundo reaccionan de la misma forma", le dijo a BBC Mundo Miguel Mahecha, autor principal de este estudio.
"Pensábamos que, por ejemplo, los ecosistemas del norte, como Siberia, iban a reaccionar de forma mucho más sensible a los cambios de temperatura que los sistemas tropicales, que están adaptados a temperaturas muy altas. Pero no es así", explicó Mahecha. La conclusión fue que cuanto más se calienta el planeta, los ecosistemas emiten más CO2, lo cual a su vez, hace que aumente aún más la temperatura de la Tierra.
"Lo que sucede es que se acelera el proceso de calentamiento global, aunque un poco menos de lo que la literatura científica estimaba", señaló el investigador. Observación empírica Otra de las conclusiones del estudio es que uno de los factores cruciales que afecta la respiración de los ecosistemas es la disponibilidad de agua, sobre todo, "la distribución espacial de las lluvias influye mucho en la capacidad de absorción".
Mahecha resalta que lo más importante de ambos estudios es que ésta es la primera vez que se ha logrado obtener resultados en cuanto a la respiración de la Tierra y a la cantidad de CO2 que absorbe la vegetación mediante observaciones empíricas.
"Estas cifras están basadas en datos reales y, por lo tanto, servirán para mejorar los modelos (que permiten hacer estimaciones sobre el cambio climático", señala Mahecha.
Esto fue posible gracias a una iniciativa internacional lanzada diez años atrás y conocida como FLUXNET, en la que diversos investigadores de todo el mundo recopilan y comparten información sobre el intercambio de CO2 entre los ecosistemas y la atmósfera.
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